YOGA SUTRA I.23 Îshvara pranidhânâdvâ
Si,
habitualmente, asociamos la primera parte del primer libro de los Yoga
Sûtras de Patanjali con el Sâmkhya Yoga; en la segunda parte, cuyo
estudio comenzamos ahora, vemos aparecer en Patanjali una enseñanza, que
no ha sido presentada en la primera parte, y, que se denomina Bhakti
Yoga.
Con
el aforismo I.23 exploramos un nuevo ámbito de los Yoga-Sûtra: el que
presenta una serie de medios para la realización del yoga. El primero –
la devoción – también es el más importante. Le dedicamos, por tanto, una
atención particular.
Hay
diferentes medios para alcanzar el estado llamado samâdhi. La práctica y
el desapego (como vimos en sûtras anteriores) pueden conducirnos a él.
Cuando alguien ha realizado el samâdhi, se aproxima a Dios y las
consecuencias superan toda descripción. En el intento para alcanzar la
perfección, si estamos todavía implicados por tendencias pasadas, aunque
se obtengan facultades y poderes extraordinarios, la mente vuelve a un
estado inestable.
Patanjali
tenía conciencia de que estos medios eran difíciles de poner en
práctica, y dadas las condiciones de vida de nuestra época…todavía más, y
propone un método “muy fácil, accesible a todos”: îshvara pranidhâna.
Ishvara
significa Dios, con todos sus atributos y cualidades. Representa el
poder de creación, de conservación y de disolución del universo. En los
sûtras siguientes, de esta sección, Patanjali nos irá dando su
definición de ese Ishvara y veremos que está investido de cualidades
nobles como la compasión, la fuerza, la accesibilidad y el poder de
perdonar. Podemos representarlo con aspecto o atributos variados, según
nuestras creencias, y aceptar una entidad más grande, más poderosa, más
inteligente requiere humildad. No se va hacia Dios exigiendo, eso no
sería ya pranidhâna. Es preciso, también, merecerlo. Como escribió
Desikachar “los antiguos nos han enseñado a rezar a Dios con respeto,
con sumisión, la cabeza baja y las manos juntas, pero sin miedo. En
signo de humildad no miramos más que sus pies porque es demasiado
grande, pero no le tememos...porque estamos llenos de amor por El.”
Pranidhâna
significa el abandono incondicional de los devotos a îshvara y a ningún
otro. Esto no se expresa con palabras, sino con todas las acciones,
palabras e intenciones.
La
actitud mental a adoptar (en palabras de Krishamacharya) puede
resumirse así: “yo soy el receptáculo de los sufrimientos provenientes
de mi pasado y de mi entorno presente. Sufro igualmente el peso de
fuerzas que no controlo. No puedo atribuirle la falta a otros. Îshvara
solo, por su compasión, puede borrar este sufrimiento. No pide nada a
cambio. Sálvame, me entrego a ti”.
De un abandono tal, a Îshvara derivan el estado de samâdhi y los demás beneficios que le son inherentes.
A
partir de este aforismo 23, que inicia la quinta sección del Libro I,
Patanjali da una nueva indicación de la que no ha hablado hasta ahora.
Y, presenta esto como un camino. Y, el camino sería Îshvara pranidhânâd vâ. El
hecho de que Patanjali diga pranidhanâ acabado en “a larga”, nos da una
indicación gramatical que indica que se trata de un camino. Es como si
Patanjali nos dijera “por el camino que consiste en…”, en volverse hacia
Ishvara.
El
vâ del final de este aforismo se suele traducir por “o bien”, pero,
también según la enseñanza de Krishnamacharya puede significar único,
exclusivo, importante. Según el, en este caso no implica una posibilidad
entre otras, sino más bien nos muestra su importancia y prioridad. Algo
así como decirnos, que entre todos los medios disponibles hoy, îshvara
pranidhâna figura en primer plano.
Desde
esa doble interpretación, puede darse una doble explicación al Sûtra,
una que iría dirigida a quien esté muy inmersa en la bhakti, en la
devoción Pero, igualmente, puede servir a otra persona que argumente de
otra manera y que simplemente pueda decir que la devoción vuelta hacia
Dios es un medio, entre otros.
Es
una fórmula muy abierta y excelente, porque el Yoga, lo que hace es
abrirse a todas las personas independientemente de sus creencias
religiosas o, también, si son agnósticas o ateas. En este último caso,
la fórmula principal del yoga de Patanjali de abhyâsa-vairâgya, es la
adecuada y suficiente, porque se puede no tener creencias religiosas,
pero, tener una búsqueda espiritual. No es, entonces, una búsqueda
mística, vuelta hacia Dios, pero si una búsqueda de lo esencial, de
nuestra verdadera naturaleza.
Reconocemos
en esta enseñanza de Krishnamacharya, la influencia de una persona muy
inmersa en la Bhakti, y que considera que el camino de liberación, por
excelencia, es el de volverse hacia Dios y pedirle ayuda.
Pero,
a la vez hay una gran tolerancia y apertura, hacia las otras personas
que no quieran seguir este camino. Sería erróneo creer que
îshvarapranidhâna basta por sí solo y que las sugerencias que siguen en
los siguientes sûtras carecen de valor. De hecho, quizás su verdadero
espíritu sea permitir a cada persona escoger la vía que le ayudará a
mantener su búsqueda.