Qué es el yoga - Por Danilo Hernández (Swami Digambarananda
Saraswati)
En esencia, el yoga es un sistema de desarrollo integral del ser
humano. Una vía para alcanzar salud y armonía total: física, emocional, mental
y espiritual. El yoga está considerado como una de las seis darshanas o
escuelas filosóficas de la India. La palabra “darshana” significa “visión de la
realidad experimentada durante estados profundos de consciencia”. No es una
especulación intelectual sino una comprensión experimental de la realidad
profunda de la existencia.
El yoga, además de filosofía, es también una ciencia milenaria que
investiga la realidad utilizando el método científico. El laboratorio del yogui
es su propio cuerpo-mente. Todos sus descubrimientos los lleva a cabo en un terreno
experimental y se convierten en realizaciones que generan una profunda
transformación personal.
La ciencia del yoga es una ciencia de la vida. A través de su
práctica se desarrolla el conocimiento, la comprensión profunda y, sobre todo,
la sabiduría. La sabiduría es el despertar y la actualización de todo el
potencial que contiene el ser humano. Desde la sabiduría florece un modo de
vivir feliz, armonioso y en consonancia con las leyes de la naturaleza y el
orden universal.
Entrevista con Danilo Hernández:
“El yoga es una ciencia del desarrollo del potencial humano”
Swami Digambarananda Saraswati
(Danilo Hernández) es uno de los maestros más reconocidos en el mundo del yoga,
dentro y fuera de España. Así opina sobre el yoga, su aprendizaje y su enseñanza.
Discípulo de Swami Satyananda y de Swami Niranjanananda, se dedica
a la enseñanza del yoga desde 1975. Reconocido como Yogacharya (maestro de
yoga) en 1993 por la International Yoga Fellowship Movement y la Bihar School
of Yoga de Munger, India. Fundó en Madrid Bindu Escuela de Yoga de Chamartín,
en el 2002.
Es autor de uno de los libros de yoga más serios y valorados: Claves del Yoga. Teoría y Práctica (Ed.
La Liebre de Marzo). Swami Digambar dirige regularmente cursos de yoga en otras
ciudades españolas y en Sudamérica.
¿Qué diría a un joven que le pregunta por
qué empezar a aprender Yoga en vez de Pilates?
En primer lugar le preguntaría qué es lo que está buscando. Si
simplemente busca conseguir una mejor forma física, entonces le diría que con
practicar Pilates u otra gimnasia sería suficiente. Si además de una buena
forma física está buscando su desarrollo personal, alcanzar armonía y
equilibrio en todos los aspectos de su personalidad o elevar su nivel de
consciencia, entonces le diría que definitivamente el yoga es la vía. El
sistema Pilates no puede compararse con la magnitud y dimensión del Yoga.
Pilates, con todas sus virtudes, es un mero método de educación física.
El Yoga es una ciencia de la trasformación y del desarrollo del
potencial humano. Un sistema de crecimiento integral que proporciona salud y armonía
en todos los aspectos de la personalidad: física, energética, emocional,
mental, espiritual y ética.
En cualquier caso, en los muchos años que llevo enseñando he
asesorado a muchísimas personas que me lo han solicitado pero nunca he
intentado convencer a nadie de que practique yoga. Creo que es una decisión
personal que nace de una determinada sensibilidad, madurez y de la búsqueda de
una dimensión más profunda y plena de la existencia.
¿Qué podemos esperar del yoga y qué no
debemos esperar?
En general lo que podemos esperar del yoga depende de lo que
estemos buscando y de lo fieles que seamos en nuestra práctica. El yoga nos
puede ayudar a realizar todos nuestros objetivos en la vida.
Es obvio que no debemos esperar milagros. Las expectativas irreales
son siempre causa de frustración. Lo que sí podemos esperar es una gran mejora
de nuestra calidad de vida.
Si se persevera en la práctica con “paciencia y determinación” los beneficios irán llegando en su debido momento. Al principio se suele experimentar una mejoría notable de la salud y el bienestar físico. La práctica prolongada proporciona un estado de equilibrio emocional y mental que conlleva una mayor claridad, discernimiento y eficacia a la hora de gestionar todos los aspectos de la vida.
Si se persevera en la práctica con “paciencia y determinación” los beneficios irán llegando en su debido momento. Al principio se suele experimentar una mejoría notable de la salud y el bienestar físico. La práctica prolongada proporciona un estado de equilibrio emocional y mental que conlleva una mayor claridad, discernimiento y eficacia a la hora de gestionar todos los aspectos de la vida.
Cuando la práctica y el practicante maduran, el fruto es la
aparición de un nivel de consciencia más elevado que se expresa en un estilo de
vida altruista. Se actualizan los valores positivos como: la bondad, la
generosidad, la comprensión, la solidaridad, el amor desinteresado, el espíritu
de servicio, etc. En definitiva, lo que podemos esperar como efecto de la
práctica del yoga es una vida más plena y feliz.
¿Cuál es, en su opinión, la aportación
más valiosa del yoga, sus valores más notables?
Las aportaciones del yoga son innumerables. Resaltaría dos
enfoques de la transformación y evolución del ser humano que se vierten en los
textos de la tradición. En los Yoga Sutras
de Patanjali se describe la estructura del yoga mental, un sistema de prácticas
y actitudes que posibilita el desarrollo global de la persona. Comienza con los
códigos éticos de Yama y Niyama, que armonizan el contexto externo e interno de
la vida del practicante y se completa con la metodología de la meditación que
proporciona el despertar de todas las capacidades del individuo.
Por otro lado en el Bhagavad
Gita encontramos la visión del Yoga Integral. Este texto representa
la quintaesencia del yoga y describe tres senderos que permiten alcanzar la
liberación: Jnana Yoga (vía del discernimiento-sabiduría), Bhakti Yoga (vía del
amor-devoción) y Karma Yoga (vía de la acción-servicio). Nos proporciona una
visión global del yoga en la que los tres senderos confluyen y se integran
dando como resultado el equilibrio entre la cabeza (pensamiento), el corazón
(sentimiento) y las manos (la acción), la armonización de todos los aspectos de
la personalidad humana. De este modo el yoga deja de ser un conjunto de
prácticas aisladas y se actualiza como un “estilo de vida” plenamente
consciente, amoroso y altruista, capaz de despertar y expresar todo el
potencial del individuo.
¿Qué debe aportar uno mismo a su práctica
de yoga?
En los Yoga Sutras
Patanjali resume magistralmente las cualidades que deben acompañar a la
práctica. Estas son Abhyasa y Vairagya. Abhyasa representa la constancia y la regularidad. Vairagya
es la actitud de no apego, la ausencia de expectativas con respecto a los
resultados.
Uno de los errores en los que se puede caer es la actitud mecánica o el automatismo. El practicante debe de aportar mucha consciencia como antídoto de la práctica mecánica. El discernimiento es también esencial a la hora de comprender la aplicación adecuada de los ejercicios y actitudes que propone el Yoga.
Uno de los errores en los que se puede caer es la actitud mecánica o el automatismo. El practicante debe de aportar mucha consciencia como antídoto de la práctica mecánica. El discernimiento es también esencial a la hora de comprender la aplicación adecuada de los ejercicios y actitudes que propone el Yoga.
La prisa por obtener resultados es otro obstáculo. Al final de una
sesión de yoga suele cantarse el mantra Om seguido tres veces de la palabra
Shanti. Shanti significa paz y el cantarlo representa nuestro deseo de que
todos los seres alcancen dicho estado. Otro significado de la palabra Shanti es
paciencia. De modo que también recomendaríamos que la práctica vaya acompañada
de Paciencia, Paciencia y Paciencia…
¿En cuanto a la enseñanza del yoga en
España, qué opina de su calidad actual?
No se puede generalizar una respuesta ni
resulta agradable pronunciarse al respecto. Sin lugar a dudas hay muchos
excelentes profesores de yoga en España. Pero “no es oro todo lo que reluce”.
La impresionante difusión que ha tenido el yoga en las dos últimas décadas ha
desembocado en una industrialización y comercialización abusiva de sus enseñanzas.
Esto ha ocasionado el empobrecimiento de la calidad de la enseñanza. Por otro
lado, la gran proliferación de cursos de formación de profesores de yoga se ha
convertido en un importante negocio. Quizás sea ésta la razón de que algunos
profesores que no tienen alumnos se hayan lanzado a organizar cursos de
profesorado, actividad que les resulta mucho más rentable. Es seguro que
algunos de estos cursos son de calidad, pero hay otros que levantan sospechas y
es probable que la formación que imparten sea insuficiente o estén dando “gato
por liebre”. Hemos visto anuncios de cursos para hacerse profesor en 15 días.
En fin, sobran los comentarios…
Om Shanti, Shanti, Shanti.
Las cualidades del buen profesor
Dice Danilo: “Un buen profesor antes que nada tiene que ser un
buen practicante. Un punto clave es que tenga una buena preparación, es decir,
un conocimiento y comprensión profunda de la teoría y la práctica del Yoga”.
“Algunas de las cualidades que definen a un buen profesor de Yoga
son: la honestidad, la humildad, el realismo, el sentido común, no ser
dogmático ni sectario, un notable espíritu de servicio, el afán de superarse,
etc. Y si posee buen sentido del humor, mejor que mejor”.
“Ha de tener también la capacidad de ponerse en la piel del alumno
y comprender cuáles son sus verdaderas necesidades y el modo de satisfacerlas.
Y por supuesto ha de ser una persona decidida a seguir aprendiendo, creciendo y
ayudando”.
Por Pepa Castro
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