La mente podríamos conceptualizarla como un espacio vacío e ilimitado, como un continente donde aparecen una serie de contenidos.
Son cuatro los objetos mentales que pueden aparecer en ella. Aunque surgen en cualquier momento del día, durante la práctica de la meditación resulta más fácil observarlos. Estos objetos son:
1.- Las sensaciones. Puedes notar el contacto de los glúteos con la silla o el suelo, o los sonidos u olores que te rodean.
2.- Observa los pensamientos que hay en la mente: recuerdos del pasado, preocupaciones por el futuro o juicios sobre el presente.
3.- Pon tu atención en las emociones que pueden aparecer como tristeza, miedo, alegría o enfado.
4.- Por último, identifica los impulsos como el deseo de moverte o de rascarte.
Ves que estos cuatro objetos son muy diferentes entre si.
Ocasionalmente podrás también percibir “huecos”, espacios en que no hay nada en la mente.
Finalmente, puedes tomar conciencia del observador: aquella parte de la mente que observa lo que ocurre en ella intentando, no identificarse con lo que aparece.
(Fuente: Garcia Campayo J. Nuevo Manual Práctico de Mindfulness)
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