Vivimos "automatizados" movidos por nuestras sensaciones inmediatas: persiguiendo lo que nos gusta y rechazando o huyendo de lo que no nos gusta, lo cual perpetúa nuestros patrones y aflicciones. Lama Rinchen nos propone ampliar ese marco temporal de discernimiento, para crear un espacio donde poder valorar lo mejor para nosotros y nuestro entorno desde un lugar más sabio.
Desde esta claridad, asumir y mantener ciertos votos personales de conducta ética nos protege cuando no tenemos la posibilidad de crear ese espacio de calma para discernir lo más ventajoso.
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