La belleza reside en el total abandono del observador y de lo observado, y ese abandono en sí mismo sólo es posible en un estado de austeridad absoluta.
No es la austeridad del sacerdote con su dureza, sus sanciones, sus reglas, su obediencia. No es la austeridad de los vestidos, de las ideas, del régimen alimentario, del comportamiento, es la austeridad de la simplicidad total que es una completa humildad.
Entonces, no hay una tarea que realizar, una escalera que subir, sino un primer paso que dar, y el primer paso es el de siempre.
Krishnamurti
Muchas gracias, Guzmán. Voy a enlazar el blog que me sugieres.
ResponderEliminarUn abrazo