Escrito por: D. Ortega y E. Arango (participantes del taller de Reiki)
Dentro de los cursos que se imparten en el Centro penitenciario nos encontramos con el curso de Reiki, un curso donde los internos e internas participantes están aprendiendo a utilizar las técnicas de esta meditación. Dos de los alumnos han querido compartir con la Redacción de la Revista DIGO! su experiencia:
Arango: Hace ya nueve meses que vengo participando en el taller de Reiki que desarrolla la Asociación Reiki Aragón en estas instalaciones penitenciarias. En un principio me abatía la duda sobre la eficacia de tan excéntrica técnica oriental, máxime cuando en los tiempos que corren lo que no se ve o pueda probar, pues está en tela de juicio y eso sin tener en cuenta que nuestras creencias occidentales distan bastante de las de oriente.
Ortega: Tengo que confesar que hace apenas un año yo era una persona agnóstica, no creía en nada que no viera con mis ojos.
Es casi inevitable admitir que todos formamos parte de la luz. La luz es energía, energía en su forma más pura y más compartida, pues todo llega y todo cambia. Pero, ¿qué significa Reiki?
Arango: Es una palabra japonesa que engloba en su significado la energía de la vida única y compleja, la energía del amor universal y su fuerza regeneradora. Todo y todos nos hallamos envueltos y elevados desde un único amor, una única energía.
Ortega: Es una terapia de meditación basada en la energía universal. Comenzó a aplicarse desde hace dos siglos. Su finalidad es únicamente ayudar a las personas y a nosotros mismos.
He llegado a asumir el Reikicomo un modo de vivir y evolucionar
Arango: El Reiki nos sobrepasa, está dentro y por encima de nosotros. No se da, se toma desde ese profundo colectivo en el que todos estamos integrados. A través de las “afinaciones”, ese ejercicio de armonización de nuestros núcleos energéticos. La sanación que procede del Reiki trasciende al mero organismo físico; armoniza porque desbloquea, porque limpia, porque vuelve a situar a los organismos dañados dentro de la corriente energética que mantiene el equilibrio de todos los sistemas universales: física, intelectual, emocional y espiritual. Sin divergencias entre unas y otras.
Ortega: El Reiki es una forma de canalizar esa energía y potenciarla hacia algo o alguien. A medida que más profundizas te vas dando cuenta de que esa energía más volumen coge. Si se canaliza podemos ayudar contra la ansiedad, estrés, dolores, etc. No somos médicos, no se debe dejar la medicación por terapias de Reiki. Personalmente a mi me ha ayudado mucho y estoy agradecido.
Arango: Tengo que reconocer que las posibilidades sanadoras del Reiki son sólo una mínima parte de toda su capacidad. Es más que un método terapéutico que agrupa otras técnicas tan de moda en estos tiempos. He llegado a asumir el Reiki como un modo de vivir y evolucionar en un intento de aproximarme a la luz inicial, positiva y feliz que informa cuanto existe, sea quien sea su creador.
La meditación Reikino divide, al contrario une
Ortega: Su finalidad es la de ayudar, por ese motivo también se aplica hace años en hospitales, centros sanitarios e incluso colegios e institutos. Esta terapia no puede utilizarse para hacer daño, nada tiene que ver con el bien o el mal, esto es energía. La meditación Reiki no divide, al contrario une.
Arango: Como el nuestro es un camino que no quiere ser recorrido en solitario, quiero de este modo compartir estos conocimientos y experiencias e invitar tanto a internos como a funcionarios de Tratamiento Penitenciario que planteen talleres de Reiki a todos ya que creo bastante falta les hacen, para que se sensibilicen y sientan más empatía por el mundo que tienen a su alrededor.
Con respecto a nuestros maestros de Reiki, Estela y Oscar (de la Asociación Aragonesa Reiki Para Todos), debo decir que son personas normales, sencillas, tolerantes, abiertas y su presencia es un gran regalo, envuelto en un halo de bondad y compasión.
Es interesante como a través de Reiki Estela y Oscar nos infunden valores humanos y una espiritualidad exenta de filosofías religiosas o recintos para su práctica como son las iglesias. Ellos cumplen con su responsabilidad de pensar en la humanidad, en el futuro y nos ayudan a enfrentarnos a la soledad, la falta de “amor”, los miedos… pero también a encontrar esa tan difícil paz interior, a sentir mucha compasión y bondad, y a comprender nuestros errores, lo que para nosotros, tiene mucho mas valor desde un punto de vista de tratamiento penitenciario que una retención estatal. Es ahora a nosotros a quienes corresponde dejar fluir estos conocimientos y empezar el cambio interior, para luego contribuir a una mejor sociedad.
Ortega y Arango: queremos enviar un saludo muy especial a Estela y Óscar, maestros de Reiki, que de forma desinteresada y humanitaria vienen realizando estos talleres en estas dependencias. A ellos, gracias por todo.
Facilitado por http://www.revistalaocaloca.com/2011/04/taller-de-reiki/
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