La vida es una gran escuela, llena de aulas y asignaturas. Cada ser humano viene al mundo a cursar las materias que requiere para la evolución de su alma. A través del karma, se nos presentan aprendizajes y desafíos que ponen a la luz, nuestras zonas de oscuridad y todo aquello que necesitamos trascender para conocer quienes somos realmente, para llegar a nuestro centro de Luz, liberando con ello la necesidad de vivir a través del sufrimiento o del dolor.
El karma se manifiesta en varias fases a lo largo de nuestra vida.
En primer lugar tenemos el karma que se nos da al nacer como consecuencia de vidas anteriores. Este karma se acumula antes o durante el nacimiento. Las semillas esperan su germinación, éstas no han germinado todavía, pero cuando se les da el estímulo correcto y el medio externo es propicio súbitamente brotarán. Ejemplo: Enfermedades crónicas en la infancia.
A lo largo de nuestra vida tendremos también semillas que irán germinando conforme pasen los años. Tan pronto como la emoción adecuada se encuentre allí para tirar del gatillo, saldrá y se disparará, uno lo ha acumulado en esta vida y recogerá la mayor parte también en esta vida, la repercusión de este karma que no alcanzamos a experimentar en esta vida, nos la llevaremos a una vida posterior. Ejemplo: Soltar relaciones por miedo sentirse rechazado.
Por último tenemos el karma que ya ha germinado , el karma irreversible que se cumplirá como consecuencia de acciones ya hechas donde no hay vuelta atrás, todo esta hecho y solo basta esperar la conclusión. Ejemplo: La cárcel como consecuencia de un homicidio.
Las circunstancias que nos rodean su un constante flujo de causa y efecto, las experiencias que nos rodean, son creaciones nuestras que parten del karma que vamos tejiendo dentro de la vida diaria.
La comprensión de la ley del karma, nos da control sobre nuestra vida, pues al comprender los sucesos y las circunstancias que nos rodean, así como el porqué de las relaciones que atraemos, tenemos la oportunidad de poder transformar conscientemente todo aquello que no nos gusta. El abrir nuestra mente y ver más allá de las apariencias y con ello, tomar la responsabilidad de lo que nos toca, nos lleva a trascender y crear nuevos capítulos, crecer, evolucionar, avanzar, cortar ciclos, dejar de repetir las mismas historias o quedarnos en la inmovilidad.
La ley del karma es una ley de RESPONSABILIDAD, en el momento en el que dejamos de ser víctimas y tomamos la responsabilidad de nuestra vida y nuestros actos, en ese momento, estamos dando un paso hacia adelante que transformará el curso total de nuestra vida.
Facilitado por Rutas del Alma
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