Autor: Paulo Coelho
(...)El muchacho seguía escuchando su corazón, mientras caminaban por el desierto.
Llegó a conocer sus artimañas y sus trucos y llegó a aceptarlo como era.
Entonces, el muchacho dejó de tener miedo, y dejó de tener ganas de volver, porque una tarde su corazón le dijo que estaba contento.
"Incluso si protesto un poco", decía su corazón, "es porque soy un corazón de hombre, y los corazones de hombres son así. Tienen miedo de realizar sus mayores sueños, porque encuentran que no lo merecen o que no van a conseguirlos.
Nosotros, los corazones, morimos de miedo sólo de pensar en amores que partieron para siempre, en momentos que podrían haber sido maravillosos y que no lo fueron, en tesoros que podrían haber sido descubiertos y quedaron para siempre escondidos en la arena.
Porque cuando esto acontece, terminamos sufriendo mucho".
-Mi corazón tiene miedo de sufrir - dijo el muchacho, una noche en que miraban el cielo sin luna.
-Dile que el miedo de sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que ningún corazón jamás sufrió cuando fue en busca de sus sueños, porque cada momento de búsqueda es un momento de encuentro con Dios y con la Eternidad.
-Cada momento de búsqueda es un momento de encuentro -dijo el muchacho a su corazón.
-Mientras buscaba mi tesoro, todos los días fueron luminosos, porque yo sabía que cada hora formaba parte del sueño de encontrar.
(...)
"Una búsqueda empieza con la Suerte de Principiante.
Y termina siempre con la Prueba del conquistador".
El muchacho recordó un viejo proverbio de su tierra.
Decía que la hora más oscura era la que venía antes de salir el sol..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.