Nunca he dicho que el amor es destruido por el matrimonio. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Sí, se destruye en el matrimonio pero es destruido por ti, no por el matrimonio. Es destruido por la pareja. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Eres tú quien lo destruye porque no sabes qué es el amor. Simplemente pretendes saber, simplemente esperas saber; sueñas que sabes, pero tú no sabes qué es el amor. El amor tiene que ser aprendido; es el arte más grande que existe.
Si la gente está bailando y alguien te dice, “Ven a bailar,” tú respondes, “No sé cómo hacerlo.” No saltas simplemente y comienzas a bailar y haces que todos piensen que eres un gran bailarín. Sólo demostrarás ser un bufón. No te demostrarás a ti mismo ser un bailarín. Tiene que ser aprendido — su gracia, su movimiento. Tienes que entrenar al cuerpo para ello.
No empiezas simplemente a pintar sólo porque el lienzo está disponible y el pincel está allí y el color está allí. Tú no comienzas a pintar. No dices, “Todos los requisitos están aquí, así que puedo pintar.” Tú puedes pintar pero de esa manera no serás un pintor.
Te encuentras con una mujer — el lienzo está allí. De inmediato te conviertes en un amante; comienzas a pintar. Y ella comienza a pintar en ti. Por supuesto ambos demuestran ser unos tontos — unos tontos pintados — y tarde o temprano entienden lo qué está sucediendo. Pero tú nunca pensaste que el amor es un arte. No naces con el arte; no tiene nada que ver con tu nacimiento. Tienes que aprenderlo. Es el arte más sutil.
Naces sólo con una capacidad. Por supuesto, naces con un cuerpo; puedes ser un bailarín porque tienes el cuerpo. Puedes mover tu cuerpo y puedes ser un bailarín pero el bailar tiene que ser aprendido. Se necesita mucho esfuerzo para aprender a bailar. Y el bailar no es tan difícil porque solamente tú estás involucrado en ello.
El amor es mucho más difícil. Es bailar con alguien más. El otro también se necesita para saber qué es el baile. El acoplarse con alguien es un gran arte. Crear una armonía entre dos personas… dos personas significan dos mundos diversos. Cuando dos mundos se acercan, el choque va a estar allí si no sabes cómo armonizar. El amor es armonía. Y la felicidad, la salud, la armonía, todo surge del amor. Aprende a amar. No tengas prisa para el matrimonio, aprende a amar. Primero conviértete en un gran amante.
¿Y cuál es el requisito? El requisito es que un gran amante siempre está listo para dar amor y no se incomoda si es correspondido o no. Siempre regresa; está en la misma naturaleza de las cosas. Es como si vas a las montañas y cantas una canción, y los valles responden. ¿Te has percatado de un punto de eco en las montañas, en las colinas? Tú gritas y los valles gritan, o tú cantas y los valles cantan. Cada corazón es un valle. Si viertes amor en él, responderá.
La primera lección del amor es no pedir amor, sino sólo dar. Conviértete en un dador.
La gente está haciendo justo lo contrario. Aún cuando dan, dan sólo con la idea de que el amor debe regresar. Es un negocio. No comparten, no comparten libremente. Comparten con una condición. Siguen observando de reojo si está volviendo o no. Gente muy pobre… no conocen el funcionamiento natural del amor. Tú simplemente viértelo, él regresará.
Y si no está viniendo, no hay por qué preocuparse pues un amante sabe que amar es ser feliz. Si llega, bien; entonces la felicidad se multiplica. Pero aún si nunca regresa, en el mismo acto de amar llegas a estar tan feliz, tan extático, que ¿quién se preocupa de si viene o no?
El amor tiene su propia felicidad intrínseca. Sucede cuando amas. No hay necesidad de esperar el resultado. Sólo empieza a amar. Poco a poco verás que mucho más amor está regresando a ti. Uno ama y llega a saber qué es el amor solamente amando. Así como uno aprende a nadar nadando, amando uno ama.
La gente es muy avara. Están esperando que aparezca algún gran amante, entonces amarán. Permanecen cerrados, permanecen aislados. Sólo esperan. De algún lugar vendrá alguna Cleopatra y entonces abrirán su corazón, pero para cuando llegue ese momento ellos habrán olvidado completamente cómo abrirlo.
No te pierdas ninguna oportunidad de amar. Incluso al pasar por una calle puedes ser amoroso. Incluso con el mendigo puedes ser amoroso. No hay necesidad de que tengas que darle algo; puedes sonreír por lo menos. No cuesta nada pero tu misma sonrisa abre tu corazón, hace tu corazón más vivo. Toma la mano de alguien — un amigo o un extraño. No esperes a amar solamente cuando llegue la persona adecuada. La persona adecuada nunca sucederá. Continúa amando. Cuanto más amas, mayor es la posibilidad de que suceda la persona adecuada, porque tu corazón comienza a florecer. Y un corazón floreciente atrae muchas abejas, muchos amantes.
Te han entrenado de una manera muy equivocada. Primero, todos viven bajo una impresión equivocada de que todos ya son amantes. Sólo por haber nacido, piensas que eres un amante. No es tan fácil.
í, hay un potencial, pero ese potencial tiene que ser entrenado, disciplinado. Una semilla existe, pero tiene que convertirse en una flor.
Tú puedes seguir cargando tu semilla; ninguna abeja vendrá. ¿Has visto alguna vez a las abejas venir a las semillas? ¿No saben que las semillas pueden convertirse en flores? Pero vienen cuando ellas se vuelven flores. Conviértete en una flor, no sigas siendo una semilla.
Tú puedes seguir cargando tu semilla; ninguna abeja vendrá. ¿Has visto alguna vez a las abejas venir a las semillas? ¿No saben que las semillas pueden convertirse en flores? Pero vienen cuando ellas se vuelven flores. Conviértete en una flor, no sigas siendo una semilla.
Dos personas, infelices por separado, crean más infelicidad el uno para el otro cuando se juntan. Eso es matemático. Tú eras infeliz, tu esposa era infeliz ¿y ambos están esperando que al estar juntos llegarán a ser felices? Esto es… esto es una aritmética tan ordinaria, como dos más dos son cuatro. Es así de simple. No es parte de ningunas matemáticas más elevadas; es muy ordinario, puedes contarlo con tus dedos. Ambos llegarán a ser infelices.
Cortejar es una cosa. No dependas del cortejo. De hecho antes de que te cases, desházte del cortejo. Mi sugerencia es que el matrimonio debería ocurrir después de la luna de miel, nunca antes. Solamente si todo va bien, sólo entonces el matrimonio debería ocurrir.
La luna de miel después de la unión es muy peligrosa. Por lo que sé, el noventa y nueve por ciento de los matrimonios se terminan en el momento en que se acaba la luna de miel. Pero entonces estás atrapado, entonces no hay manera de escaparte. Entonces la sociedad entera, la ley, la corte — todos están en tu contra si dejas a tu esposa, o si la esposa te deja. Entonces la moralidad entera, la religión, el sacerdote, todos están contra ti. De hecho la sociedad debería crear todas las barreras posibles para el matrimonio y ninguna barrera para el divorcio. La sociedad no debería permitir que la gente se casara tan fácilmente. La corte debería crear barreras — vive con la mujer por dos años cuando menos, entonces la corte puede permitir que te cases.
Ahora están haciendo justo lo contrario. Si deseas casarte, nadie pregunta si estás listo o si es sólo un capricho, sólo porque te gusta la nariz de la mujer. ¡Qué insensatez! Uno no puede estar con alguien tan sólo por una nariz larga. Después de dos días la nariz se olvidará. ¿Quién mira la nariz de la propia esposa? La esposa nunca parece hermosa, el marido nunca parece hermoso. Una vez que te conocen, la belleza desaparece.
Se debería permitir que dos personas vivieran juntas el tiempo suficiente para llegar a conocerse, a familiarizarse el uno con el otro. Y aunque desearan casarse, no debería permitírseles. Entonces los divorcios desaparecerán del mundo. Los divorcios existen porque las uniones son equivocadas y forzadas. Los divorcios existen porque las uniones se hacen en un estado de romanticismo.
El romanticismo está bien si eres un poeta… y los poetas no son conocidos como buenos maridos o buenas esposas. De hecho los poetas son casi siempre solteros. Se dan sus buenos ratos pero nunca son atrapados, y por lo tanto su romance se mantiene vivo. Continúan escribiendo poesía, poesía hermosa. Uno no debería casarse con una mujer o con un hombre en un estado de ánimo poético. Permite que el humor de la prosa llegue, luego decide. Porque la vida cotidiana se parece más a la prosa que a la poesía. Uno debería llegar a ser lo suficientemente maduro.
La madurez significa que uno ya no es más un tonto romántico. Uno entiende la vida, uno entiende la responsabilidad de la vida, uno entiende los problemas de estar junto a una persona. Uno acepta todas esas dificultades y aún así decide vivir con la persona. Uno no está esperando que sólo vaya a haber cielo, sólo rosas. Uno no está esperando tonterías; uno sabe que la realidad es ardua. Es áspera. Hay rosas, pero lejos y en el medio; hay muchas espinas.
Cuando llegas a estar alerta de todos estos problemas y aún así decides que vale le pena arriesgar y estar con una persona preferentemente que estar solo, entonces cásate. Entonces los matrimonios nunca matarán el amor, porque este amor es realista. El matrimonio puede matar solamente el amor romántico. Y el amor romántico es lo que la gente llama amor infantil. Uno no debería depender de él. Uno no debería pensar en él como alimento. Puede ser sólo como el helado. Puedes comerlo a veces, pero no dependas de él. La vida tiene que ser más realista, más prosa.
El matrimonio en sí mismo nunca destruye nada. El matrimonio simplemente hace que aflore cualquier cosa que esté oculta en ti; la trae hacia fuera. Si el amor se oculta detrás de ti, dentro de ti, el matrimonio lo trae hacia fuera. Si el amor era sólo una pretensión, sólo un cebo, entonces tarde o temprano tiene que desaparecer. Y entonces tu realidad, tu fea personalidad surgirá. El matrimonio es simplemente una oportunidad, así que cualquier cosa que tuvieras que sacar se pondrá en evidencia.
No estoy diciendo que el amor es destruido por el matrimonio. El amor es destruido por la gente que no sabe amar. El amor es destruido porque en primer lugar el amor no existe. Tú has estado viviendo en un sueño. La realidad destruye ese sueño. De lo contrario el amor es algo eterno, parte de la eternidad. Si tú creces, si conoces el arte y aceptas las realidades del amor-vida, entonces sigue creciendo a diario. El matrimonio se convierte en una enorme oportunidad para crecer en amor.
Nada puede destruir el amor. Si está allí, continúa creciendo. Pero mi sensación es que en primer lugar no está allí. Tú mismo te malentiendes; algo más estaba allí. El sexo estaba quizás allí, el atractivo sexual estaba allí. Entonces va a ser destruido, porque una vez que has amado a una mujer, entonces el atractivo sexual desaparece, porque el atractivo sexual se da solamente con el desconocido. Una vez que has probado el cuerpo de la mujer o del hombre, entonces el atractivo sexual desaparece. Si tu amor era solamente atractivo sexual entonces va a desaparecer. Así que nunca malentiendas el amor por algo más. Si el amor es realmente amor…
¿Qué significa cuando digo “ama realmente”? Quiero decir que tan sólo estando en presencia del otro te sientes repentinamente feliz, tan sólo con estar juntos te sientes extático, simplemente con la sola presencia del otro se satisface algo profundamente en tu corazón… algo comienza a cantar en tu corazón, entras en armonía. Tan sólo la presencia del otro te ayuda a estar integrado; te vuelves más individual, más centrado, más aterrizado. Entonces es amor.
El amor no es pasión, el amor no es una emoción. El amor es una comprensión muy profunda de que alguien de alguna manera te completa. Alguien te vuelve un círculo completo. La presencia del otro realza tu presencia. El amor te da la libertad para ser tú mismo; no es posesividad.
Así pues, observa. Nunca pienses en el sexo como amor, de lo contrario te lo creerás. Estáte alerta, y cuando comiences a sentir con alguien que tan sólo la presencia, la sola presencia — nada más, nada más se necesita; tú no pides nada — tan sólo la presencia, tan sólo que el otro es, es suficiente para hacerte feliz… algo comienza a florecer dentro de ti, mil y un lotos florecen… entonces estás enamorado, y entonces puedes pasar por todas las dificultades que la realidad crea. Muchas angustias, muchas ansiedades — tú podrás pasarlas todas, y tu amor estará floreciendo cada vez más, porque todas esas situaciones se convertirán en desafíos. Y tu amor, superándolas, se hará cada vez más fuerte.
El amor es eternidad. Si está allí, entonces continúa creciendo y creciendo. El amor conoce el principio pero no conoce el final.
El Buda Dijo... OSHO
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