jueves, 14 de octubre de 2010

LA DIETA DE UN MEDITADOR - OSHO

El hombre es la única especie cuya dieta no es predecible. La dieta de todos los demás animales es segura. Sus necesidades físicas básicas y su naturaleza decide lo que deberían comer y lo que no deberían, cuánto deberían comer y cuánto no deberían comer, cuándo deberían comer y cuándo tendrían que parar. Pero el hombre es absolutamente impredecible, es absolutamente incierto. Ni su naturaleza le dice lo que debería comer, ni su atención le dice cuánto debería comer, ni su entendimiento decide cuándo debería parar de comer.

Como ninguna de estas cualidades en el hombre es predecible, la vida del hombre ha tomado algunas direcciones muy inciertas. Pero si aún hay un poco de entendimiento; si el hombre empieza a vivir con tan sólo un poco de inteligencia, con un poco de dicernimiento, abriendo sus ojos aunque sea un poco, entonces no es difícil cambiar a una dieta correcta. Es muy fácil, no puede haber algo más fácil. Para entender lo que es una dieta correcta, podemos dividirla en dos partes.

Lo primero es: ¿Qué debería comer un hombre y qué no debería comer?

El cuerpo del hombre está compuesto de elementos químicos. Todo el proceso del cuerpo es muy químico. Si se introduce alcohol en un hombre, entonces su cuerpo se verá afectado por el químico; estará intoxicado, inconsciente. Bien sea que el hombre esté saludable o se encuentre en paz, la química de la intoxicación afectará su cuerpo. No importa qué tan santo sea, si se le da veneno morirá.

Cualquier alimento que lleve al hombre a cualquier tipo de inconsciencia, a cualquier tipo de excitación, a cualquier tipo de extremo, a cualquier tipo de alteración, es dañino. Y el máximo daño, el más profundo, es cuando estas cosas empiezan a alcanzar el ombligo.

Tal vez no te has percatado de que en naturopatía, en todo el mundo, se usan las bolsas de lodo, la comida vegetariana, la comida ligera, las compresas de tela empapadas en agua y los baños de tina para sanar el cuerpo. Pero ningún naturópata ha entendido aún el punto de que los efectos de las compresas de tela empapadas en agua, las bolsas de lodo, o los baños de tina no funcionan tanto por sus cualidades especiales, sino por cómo afectan el centro del ombligo. Y el centro del ombligo afecta luego al resto del cuerpo. Todas estas cosas: el lodo, el agua, el baño de tina, afecta la energía en reposo en el centro del ombligo, y cuando brota esta energía, la salud empieza a emerger en la vida de la persona.

Pero la naturopatía aún no está consciente de esto. ¡La naturopatía piensa que tal vez estos efectos benéficos vienen de las bolsas de lodo o de los baños de tina o de las compresas en el estómago! Sí traen beneficios, pero los verdaderos beneficios vienen del despertar de la energía en los centros en reposo del ombligo.

Si el centro del ombligo es tratado sin consideración, si se usa una dieta equivocada, o el alimento equivocado, entonces poco a poco el centro del ombligo se adormece y su energía se debilita. Poco a poco ese centro se empieza a adormecer. Finalmente casi se duerme. Entonces ni siquiera lo percibimos como centro.

Entonces sólo percibimos dos centros: uno es el cerebro en donde los pensamientos se están moviendo constantemente, y el otro es un pedacito del corazón en donde se están moviendo las emociones. Más profundo que esto,no tenemos contacto con nada. Así pues, cuanto más ligera sea la comida, menos creará pesadez en el cuerpo, más valiosa y significativa será para el comienzo de tu viaje interior.

Para una dieta adecuada, lo primero a recordar es que no debería crear excitación, no debería ser intoxicante, no debería ser pesada. Después de comer adecuadamente no deberías sentir pesadez o somnolencia. Pero quizás todos nosotros sentimos pesadez y somnolencia después de nuestras comidas; entonces deberíamos saber que estamos comiendo equivocadamente.

Algunas personas se enferman porque no consumen suficiente comida y algunas personas se enferman porque consumen demasiada comida. Algunas personas mueren de hambre y algunas personas mueren por indigestión. Y el número de personas que mueren por indigestión siempre ha sido mayor que el de las personas que mueren de hambre. Muy pocas personas mueren de hambre. Aún si un hombre quiere permanecer hambriento, no hay posibilidad de que muera al menos durante tres meses. Cualquier persona puede vivir sin comida por tres meses. Pero si un hombre come de más por tres meses no existe posibilidad de que sobreviva.

Nuestras actitudes equivocadas hacia la comida se están volviendo peligrosas para nosotros. Están demostrando ser muy costosas. Nos han llevado a un punto en el que, de alguna manera, sólo estamos vivos. Nuestra comida no parece traernos salud, parece traernos enfermedad. Es una situación sorprendente que nuestra comida comience a enfermarnos. Es como si el sol saliendo por la mañana creara oscuridad. Que esto sucediera sería algo igualmente sorprendente y extraño. Pero todos los médicos en el mundo opinan que la mayoría de las enfermedades del hombre se deben a su dieta inadecuada.

Así pues, lo primero es que cada persona debería estar muy alerta y atenta de su manera de comer. Y esto lo estoy diciendo especialmente para el meditador. Es necesario para un meditador permanecer alerta de lo que come, de cuánto come, y de cuáles son sus efectos en su cuerpo. Si un hombre experimenta durante algunos meses con la consciencia, ciertamente se dará cuenta de cuál es la comida apropiada para él, qué comida le da tranquilidad, paz y salud. No hay dificultades reales, pero como no le prestamos ninguna atención a la comida, nunca podemos descubrir la comida correcta”.
       
               
El Libro del Hara - OSHO

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