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jueves, 11 de marzo de 2021
lunes, 7 de marzo de 2011
LA BUSQUEDA DE LA DICHA
Rabiya—una famosa mística sufí— estaba buscando algo en la calle, junto a su pequeña choza. Se estaba poniendo el sol y la oscuridad descendía poco a poco. La gente fue congregándose, y le preguntaron:
—¿Qué haces? ¿Qué se te ha perdido? ¿Qué estás buscando?
Ella contestó:
—Se me ha perdido la aguja.
La gente dijo:
—Se está poniendo el sol y va a resultar muy difícil encontrar la aguja, pero vamos a ayudarte. ¿Dónde se te ha caído exactamente? Porque la calle es grande y la aguja pequeña. Si sabemos exactamente dónde se ha caído resultará más fácil encontrarla.
—¿Qué haces? ¿Qué se te ha perdido? ¿Qué estás buscando?
Ella contestó:
—Se me ha perdido la aguja.
La gente dijo:
—Se está poniendo el sol y va a resultar muy difícil encontrar la aguja, pero vamos a ayudarte. ¿Dónde se te ha caído exactamente? Porque la calle es grande y la aguja pequeña. Si sabemos exactamente dónde se ha caído resultará más fácil encontrarla.
Rabiya contestó:
—Más vale que no me preguntéis eso, porque en realidad no se ha caído en la calle, sino en mi casa.
La gente se echó a reír y dijo:
—¡Ya sabíamos que estabas un poco loca! Si la aguja se ha caído en tu casa, ¿por qué la estamos buscando en la calle?
Rabiya replicó:
—Por una razón tan sencilla como lógica: en la casa no hay luz y en la calle aún queda un poco de luz.
La gente volvió a reírse y se dispersaron. Rabiya los llamó y dijo:
—¡Escuchadme! Eso es lo que hacéis vosotros. Yo me limitaba a seguir vuestro ejemplo. Os empeñáis en buscar la dicha en el mundo exterior sin plantear la pregunta fundamental: «¿Dónde la has perdido?». Y yo os digo que la habéis perdido dentro. La buscáis fuera por la sencilla y lógica razón de que vuestros sentidos están abiertos hacia el exterior: hay un poco más de luz. Vuestros ojos miran hacia fuera, vuestros oídos escuchan hacia fuera, vuestras manos se tienden hacia fuera; por eso estáis buscando fuera. Por lo demás os aseguro que no la habéis perdido ahí, y lo digo por experiencia propia. Yo también he buscado fuera durante muchas, muchas vidas, y el día que miré dentro me llevé una sorpresa. No hacía falta buscar y registrar; siempre había estado dentro.
El placer se lo tienes que pedir a otros, y naturalmente te haces dependiente.
La dicha te hace el amo.
La dicha no es algo que te ocurre; ya está ahí.
Osho
sábado, 5 de febrero de 2011
LA ESTRELLA DE MAR
Esto puede aplicarse a todas aquellas personas que hacen lo correcto, aunque otras miren para otro lado y no actúen.
Para los que velamos por los animales, por el planeta, por la sociedad.
Que los demás no hagan nada no justifica nuestra inactividad.
Cierto día, caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez.
Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.
Intrigado, lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo cual me respondió:
Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano.
Como ves, la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla, si no las arrojo de nuevo al mar morirán aquí por falta de oxígeno.
Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa.
No puedes lanzarlas a todas, son demasiadas. Y quizás no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?
El nativo sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió: ¡Para esta si lo tuvo!
viernes, 4 de febrero de 2011
PARABOLA DE LA PEQUEÑA ALMA
Voy a contaros un cuento muy antiguo:
Una pequeña alma vagabundeaba sola en la eternidad, lejos del tiempo y el espacio a través de los océanos del infinito. Caminaba libremente por caminos sin límites, con el corazón lleno de luz y alegría, sintiéndose feliz y en unidad con todo.
Un día llegó ante una puerta gigantesca, hecha de grandes piedras pesadas y cubiertas de hiedra. La pequeña alma se aproximó al muro con curiosidad y se asomó a través de una hendidura que había entre las hiedras. Y, de pronto, vio enfrente de ella un planeta desconocido flotando en la inmensidad del espacio; un planeta que parecía una gran perla azul brillando en medio de la oscuridad.
Asombrada la pequeña alma se quedó quieta, como si hubiese echado raíces, y de pronto, como en sueños escuchó una voz que decía:
"El planeta azul, ja...ja...ja. La casa de los niños perdidos.".... Y vio al lado de la puerta una anciana y sabia mujer que tejía en una extraña tejedora un largo hilo de seda.
"¿QUIEN ERES?", preguntó asustada la pequeña alma, "¿COMO SE LLAMA ESE GRAN PLANETA AZUL?"
"BIEN, MI NIÑA", respondió la anciana, "ME LLAMO LA MADRE DE LA VIDA, Y ESE PLANETA QUE VES ES LA TIERRA"
"YO NO HE SALIDO NUNCA DE AQUI", dijo pensativamente la pequeña alma, "Y ME GUSTARIA MUCHO ESTAR ALGUN DIA EN ESE PLANETA".
"ESO NO ES TAN SIMPLE", dijo la anciana moviendo deliberadamente la cabeza, "PARA LLEGAR AHI TENDRAS QUE METERTE EN LA VIDA Y HACERTE HUMANA", y mientras hablaba examinaba cuidadosamente el largo hilo de seda de plata que brillaba a la luz de la luna.
"¿QUE TIENE LA VIDA DE DESAGRADABLE, preguntó temerosa la pequeña alma, "SI LA CASA EN DONDE TRANSCURRE ES TAN BELLA?"
"ESA ES UNA BUENA PREGUNTA", dijo la anciana mientras miraba con ternura a la pequeña alma, "LA VIDA EN SI MISMA NO ES DESAGRADABLE, PERO TENDRAS QUE APRENDER A TRABAJAR, A LUCHAR PARA SOBREVIVIR, A SUFRIR... A PREOCUPARTE... A SENTIR DOLOR....... PERO LO MAS IMPORTANTE ES QUE TE OLVIDARAS DE TU HOGAR, TE OLVIDARAS DE QUIEN ERES. TE OLVIDARAS A TI MISMA Y TAMBIEN ME OLVIDARAS A MI, Y SOLO TU EVOLUCION PODRA RECORDARTE DE DONDE VIENES Y TRAERTE DE NUEVO A TU HOGAR Y DESPERTARTE DE ESTE SUEÑO..." La anciana se quedó en silencio y una gran quietud la invadió.
"¡ME ASUSTAS!", dijo la pequeña alma desalentada..."ME GUSTARIA TANTO IR..."
"YO NO QUIERO ASUSTARTE MI QUERIDA NIÑA", dijo la anciana.
"AMAR SIGNIFICA PERDER EL MIEDO", y mirándola profundamente a través del tiempo, continuó, "SIN EMBARGO TENDRAS QUE APRENDER, SI REALMENTE QUIERES IR..."
"¡SI!", dijo la pequeña alma con ansiedad, "¡QUIERO, ES MI LIBRE ALBEDRIO!"
"BIEN", dijo lentamente la anciana, "TU LIBRE ALBEDRIO ES TU REINO DE LOS CIELOS", se levantó y sus ojos se humedecieron cuando dijo adiós a la pequeña alma al tiempo que colocaba en sus manos el hilo de seda de la vida.
Y repentinamente, las estrellas y la luna desaparecieron, la quietud se disolvió, el vasto infinito se encogió en tres pequeñas dimensiones, los anillos del tiempo rodearon las cosas y un ángel puso el dedo del silencio sobre los labios de la niña que en ese momento acababa de nacer. Y la pequeña alma se olvidó de sí misma, se olvidó de dónde venía y se olvidó de quién era.
Pero... siempre puedes reconocerla por el trazo que el dedo del Angel del Silencio dejó en sus labios...
martes, 21 de diciembre de 2010
DOS LOBOS
Una mañana, un viejo Tuxpeño le contó a su nieto sonorita acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.
El dijo, Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros. Uno es Malvado - Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego..
El otro es Bueno - Es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?”
El viejo Cherokee respondió, "Aquél al que tú alimentes."
viernes, 12 de noviembre de 2010
LA FABULA DEL PUERCO ESPÍN
¿Alguna vez han visto un cachorro de puercoespín?, vean estas hermosas imágenes y conozcan la fabula.
Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.
Los puercoespín dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.
Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con un puerco espín muy cercano puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro.
De esa forma pudieron sobrevivir.
Moraleja de la historia
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y admirar sus cualidades.
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