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martes, 14 de abril de 2015

PERSONAS VÍRICAS, QUE CONSUMEN ENERGIA

     Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”. Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”....

http://elpais.com/elpais/2013/03/01/eps/1362166637_204041.html

domingo, 6 de octubre de 2013

¿CUAL ES EL SECRETO DE LOS GANADORES?




Resumen del libro escrito por Javier Iriondo, "Donde tus sueños te lleven" y comentado por el presentador Pablo Motos.

Analiza la situación y reflexiona sobre qué es lo que quieres y deshazte de los obstáculos que tú mismo te pones y de la gente tóxica que trata de frenarte.

Este libro se ha editado por la editorial Oniro.

domingo, 7 de agosto de 2011

LA PSICOLOGIA DE LA IRA

La psicología de la ira consiste en que tú querías algo y alguien te impidió conseguirlo. Alguien surgió como un bloqueo, un obstáculo. Toda tu energía se dirigía a obtener algo y alguien bloqueó la energía. No pudiste conseguir lo que querías.

Esta energía frustrada se convierte ahora en ira... ira contra la persona que ha destruido la posibilidad de satisfacer tu deseo.

Tú no puedes evitar la ira porque la ira es un subproducto, pero puedes hacer algo más para que el subproducto no se dé en absoluto.

En la vida recuerda una cosa: No desees nunca algo tan intensamente como si fuera un asunto de vida o muerte. Juega un poquito.

No estoy diciendo que no desees, porque aquello se convertirá en una represión. Estoy diciendo desea, pero permite que tu deseo sea divertido. Si puedes realizarlo, bien. Si no puedes lograrlo, tal vez sea porque el momento no es el adecuado; ya lo veremos la próxima vez. Aprende algo del arte del jugador.

Llegamos a identificarnos tanto con el deseo, que cuando éste se bloquea o se evita, nuestra propia energía se convierte en fuego; te quema. Y en ese estado cercano a la locura puedes hacer cualquier cosa de la cual te vas a arrepentir. Puedes dar lugar a una serie de eventos en los cuales se puede enredar tu vida. Debido a esto, se ha estado diciendo durante miles de años: "Abandona el deseo". Se pide ahora algo inhumano. Incluso las personas que han dicho: "Abandona el deseo", te han estado dando también un motivo, un deseo: si abandonas el deseo, obtendrás la libertad suprema de moksha, nirvana. Eso también es un deseo.

Tú puedes reprimir un deseo con un deseo mayor, e incluso puedes olvidar que aún eres la misma persona. Solamente has cambiado la meta. Ciertamente, no muchas personas están tratando de alcanzar moksha, así que no estarás en una gran competición. En realidad, mucha gente estará feliz de que hayas empezado a buscar moksha; un competidor menos en la vida. Pero, en lo que a ti concierne, nada ha cambiado. Y si se puede crear alguna cosa que perturbe tu deseo de moksha, la ira se encenderá nuevamente. Y esta vez será mucho más grande, porque ahora el deseo es mucho mayor. La ira siempre es proporcional al deseo.

Lo he escuchado…
Había tres monasterios, monasterios cristianos, muy cerca unos de otros, en el bosque. Un día tres monjes se encontraron en un cruce del camino. Regresaban de los poblados a sus monasterios; cada uno de ellos pertenecía a un monasterio diferente. Estaban cansados. Se sentaron bajo los árboles y empezaron a charlar para pasar el tiempo.

Uno de ellos dijo: "Tendréis que aceptar una cosa: en lo que respecta a la formación, al aprendizaje, nuestro monasterio es el mejor".
El otro monje dijo: "Estoy de acuerdo, es verdad. Vuestra gente es mucho más instruida, pero en lo que respecta a la austeridad, a la disciplina, a la formación espiritual, no os aproximáis en nada a nuestro monasterio. Y recordad que la instrucción no será de ayuda para realizar la verdad. Ésta es sólo un asunto de disciplina espiritual, y nosotros somos los mejores en lo que se refiere a la disciplina espiritual".

El tercer monje dijo: "Los dos estáis en lo cierto. El primer monasterio es el mejor en cuanto a formación, aprendizaje. El segundo monasterio es el mejor en cuanto a la disciplina espiritual, las austeridades, el ayuno. Pero en cuanto a humildad, a carencia de egoísmo, nosotros somos los mejores". Humildad, carencia de egoísmo... el hombre parecía estar absolutamente inconsciente de lo que estaba diciendo: "En cuanto a humildad, a carencia de egoísmo, nosotros somos los mejores".

Incluso la humildad puede convertirse en una fantasía del ego. La carencia de egoísmo puede convertirse en una fantasía del ego. Uno tiene que estar muy consciente. No tendrías que tratar de detener la ira. No tendrías que mantener la ira controlada de ninguna manera, o de lo contrario te quemará, te destruirá. Lo que estoy diciendo es: tienes que ir a las raíces. La raíz está siempre en algún deseo que ha sido bloqueado, y la frustración ha creado la ira. No te tomes los deseos muy en serio. No te tomes nada en serio.

Es desafortunado que ninguna religión en el mundo haya aceptado el sentido del humor como una de las cualidades básicas del hombre religioso. Quiero que entiendas que el sentido del humor, la diversión, tendría que ser una cualidad fundamental. No tendrías que tomarte las cosas tan en serio; entonces la ira no surge. Simplemente puedes reírte de todo el asunto. Puedes empezar por reírte de ti mismo. Puedes empezar riéndote de situaciones en las que te habrías puesto furioso y enloquecido.

Utiliza el juego, el sentido del humor, la risa. Este es un mundo grande y hay millones de personas. Cada cual está tratando de alcanzar algo. Es muy natural que algunas veces las personas interfieran unas con otras, no porque lo quieran, sino porque la situación es así simplemente, es algo accidental.

Me han contado de un místico sufí, Junnaid, quien en sus oraciones de la tarde solía agradecer a la existencia por su compasión, por su amor, por su cuidado.

Una vez sucedió que, viajando durante tres días, llegaron [él y sus discípulos] a sitios en los que la gente era muy antagónica con Junnaid porque pensaban que sus enseñanzas no eran exactamente como las enseñanzas de Mahoma. Sus enseñanzas parecían ser propias por lo que "estaba corrompiendo a la gente".

Así que en tres poblados no se les dio alimento alguno, ni siquiera agua. Al tercer día su situación era realmente mala. Sus discípulos pensaban: "Veamos lo que va a suceder con las oraciones. ¿Cómo le va a decir ahora a la existencia: 'Eres compasiva con nosotros; tu amor está ahí. Nos cuidas y nosotros te lo agradecemos'?".

Pero, cuando llegó el momento de orar, Junnaid lo hizo como siempre. Después de la oración los seguidores dijeron: "Esto es demasiado. Hemos sufrido de hambre durante tres días, de sed. Estamos cansados, no hemos dormido y, aún así, le estás diciendo a la existencia: 'Eres compasiva, tu amor hacia nosotros es grande, y nos cuidas tanto que estamos agradecidos contigo'" .

Junnaid dijo: "Mi oración no depende de condición alguna; esas cosas son ordinarias. No quiero molestar a la existencia porque obtenga alimentos o no: Una cosa tan insignificante dentro de un universo tan vasto. Si no obtengo agua... incluso si muero no importa, mi oración seguirá siendo la misma, porque en este vasto universo... da lo mismo que Junnaid esté vivo o muerto".

A esto me refiero cuando digo: No te tomes nada en serio… ni siquiera a ti mismo. Entonces verás que la ira simplemente no se ha producido. No le queda posibilidad a la ira. Y la ira es ciertamente una de las grandes fugas de tu energía espiritual. Si puedes lograrlo, sé divertido en lo que respecta a tus deseos, y sé sin embargo el mismo, bien sea que tengas éxito o fracases.

Empieza simplemente a pensar en ti mismo sin agobio... nada especial; no como si tuvieras que ser victorioso, no como si tuvieras que ganar siempre, en cualquier situación. Éste es un mundo enorme, y nosotros somos gente pequeña.

Una vez que esto se asienta en tu ser, entonces todo es aceptable. La ira desaparece, y la desaparición te traerá una nueva sorpresa, porque cuando el hambre desaparece deja tras de sí una energía tremenda de compasión, de amor, de amistad.
 The Sword and the Lotus (sin traducir) de OSHO

viernes, 8 de julio de 2011

Alejarse de los pensamientos negativos


Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar.
Quien piensa en ganar,  lleva ya un paso adelante.

Sigmund Freud.
Cuando estamos pensando no hacemos más que enviar vibraciones hacia todas las direcciones y estamos sujetos a sus consecuencias según sean los pensamientos positivos o negativos.
Estas vibraciones que emitimos al pensar dependen pues de nuestro propio pensamiento y generan en nosotros mismos estados como la alegría, la tristeza, el miedo, la generosidad, la felicidad, la tacañería, el odio, la ternura, el amor, la bondad, la confianza, la esperanza, la culpabilidad, etc.
Tan solo podremos contribuir a modificar los pensamientos negativos mediante el ejercicio de nuestra voluntad poniendo en marcha todos los recursos de los que somos poseedores cada uno de nosotros como lo es principalmente nuestra propia energía.
Debemos ser conscientes de que atraemos para nosotros todo aquello en lo que pensamos: el amor atrae al amor, el odio atrae al odio y así sucede con todos los demás pensamientos: generosidad, culpabilidad, etc, puesto que los pensamientos de igual naturaleza se atraen, especialmente el del miedo que es el más temido por todos puesto que nos mengua la energía, debilita nuestro carácter y nos elimina la iniciativa.
Cada uno de nuestros pensamientos negativos nos van destruyendo poco a poco, perdemos energía cuando nuestros pensamientos son de miedo, el odio nos hace inhumanos, etc, y así vamos menguando nuestras fuerzas y de alguna forma nos estamos autodestruyendo, psíquicamente e incluso físicamente, puesto que al alterar nuestro sistema nervioso nos creamos enfermedad y dolor.
De la misma forma que los pensamientos negativos pueden destruirnos, los pensamientos positivos nos ayudan a hacernos fuertes y a engrandecernos y consecuentemente gozar de una buena salud, armonía, paz, bienestar y felicidad.
En nuestras vidas el éxito y el magnetismo solo lograremos alcanzarlo mediante el esfuerzo, la voluntad y una postura positiva ante todas las cosas de la vida, aprendiendo tan solo a sacar lo positivo de nuestras experiencias del pasado, del presente y viendo el futuro de forma optimista.
Tal vez te pueda interesar: El cuerpo y los pensamientos
Facilitado por http://sarvavita.com

domingo, 9 de enero de 2011

¿CÓMO HEMOS DE VIVIR?

Reportaje del PAIS semanal que nos hace reflexionar sobre que en tiempo de incertidumbres hay que optar por la acción y la creatividad. 

Lo importante es preguntarse qué hacemos con el tiempo y si solo queremos seguir siendo una pieza del decorado.

jueves, 2 de diciembre de 2010

El mal de la civilización es la mente patriarcal

La nave se está hundiendo pero la gente tiende a estar más ocupada en mantener el estatus que en salvarse; en defender lo poco que les queda, aunque se haya visto lo poco que vale, que en la transformación, en dejarlo todo y empezar a construir de cero.


Claudio Naranjo estudió medicina, psiquiatría y música y acabó convirtiéndose en un referente mundial en la investigación de la mente humana. Integrador de la sabiduría tradicional y científica, oriental y occidental, y el conocimiento histórico, antropológico, sociológico, psicológico y espiritual del ser humano. Creador del programa SAT, en principio dirigido a profesionales de la psicoterapia y derivado en un programa de transformación individual y social para uso personal y en el ámbito educativo. Autor de más de 20 libros, traducidos a varios idiomas.


"La única salida a esta crisis es la transformación interior".

La crisis actual ha tambaleado muchos cimientos del sistema y ha acabado revelando algunas de sus muchas fisuras. El comunismo se hundió por sus fallos de funcionamiento pero el capitalismo no parece salir mejor parado. Llevamos siglos cambiando gobiernos, haciendo revoluciones políticas y sociales pero nunca llegamos a buen puerto quizás porque nos olvidamos de las transformaciones más básicas y elementales que tienen lugar en la revolución personal.
Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, según Claudio Naranjo. Y si queremos salir de verdad de esta crisis económica, social y humana hemos de superar el ego individualista e iniciar una auténtica transformación interior.

¿La civilización está enferma? ¿De qué?
El mal de la civilización es la mente patriarcal. Y no me refiero sólo a la sociedad patriarcal que hace que los machos predominen sobre las mujeres y tengan un acceso más fácil al poder y a la economía. Me refiero a una forma de mentalidad que actualmente ya todos compartimos, hombres, mujeres y niños, contaminados por el mismo virus.
¿A qué nos referimos exactamente, con esa "mentalidad patriarcal"?
A una pasión por la autoridad. Por el ego, el ego patrístico, un complejo de violencia, desmesura, voracidad, conciencia insular y egoísta, insensibilidad y pérdida de contacto con una identidad más profunda.
Hay quien cree que todo esto forma parte de la naturaleza humana y que siempre ha sido así.
Pues no. Hay indicios de la existencia de un pasado matrístico, y aún hoy existen algunas sociedades indígenas de estas características que no funcionan en absoluto con estas directrices y valores que conocemos en la civilización. Esta mente, lejos de ser inherentemente humana, en realidad empezó a gestarse hace sólo unos 6.000 años, cuando, ante una crisis de supervivencia, ciertas poblaciones agrícolas arcaicas indouropeas y semitas tuvieron que volver a hacerse nómadas y acabaron convirtiéndose en comunidades de guerreros depredadores.
¿Y cómo se manifiesta esta mente patriarcal?
En unas relaciones de dominio-sumisión y de paternalismo-dependencia, que interfieren en la capacidad de establecer vínculos adultos solidarios y fraternales. El cerebro patriarcal-racional llama a la competencia, mientras que el femenino llama a la cooperación. Esta dependencia y obediencia compulsiva (a los gobiernos y al poder en general) no sólo son enajenadoras para el individuo sino que constituyen distorsiones, falsificaciones y caricaturas del amor.
Pero las cosas pueden ser de otra manera. Usted dice que, en realidad, somos seres "tricerebrados".
Efectivamente. En un lenguaje anatómico, poseemos un cerebro instintivo, que compartimos con todos los reptiles; emocional, como el resto de los mamíferos, y el racional, que es el último que se ha desarrollado y, sin embargo, ha acabado imponiéndose a los otros dos. Es como si en nuestro interior lleváramos a tres personas: una de tipo intelectual-normativo, que sería el padre; una persona emocional, que representa el principio del amor, que es la madre, y una instintiva, que sería el niño. Pues bien, en la sociedad actual, lo que denominamos la civilización, predomina el cerebro racional y tiene lugar el imperialismo de la razón sobre lo emocional y lo instintivo. 
Pero esta razón que impera, ¿es realmente racional o más bien irracional?
Ahí has dado en el clavo, porque en realidad no es racional ni inteligente, desde el punto de vista de los resultados en el bienestar social y personal. Ha corrompido conceptos como la inteligencia, la eficacia o la racionalidad misma. Es una mente rígida, aislada, autoritaria y normativa que busca resultados y ganancias a corto plazo, pero ganancias desde el punto de vista competitivo, materialista o consumista, no en cuanto al bienestar profundo, desarrollo personal o convivencia con el medio. Y, en consecuencia, toda la educación está sujeta a este paradigma racionalista.
Que se manifiesta en.
En considerar la educación un mero traspaso de información, alejado de objetivos como el autoconocimiento, que debería ser prioritario. Y así vemos cosas en la escuela como que un niño o una niña llora y le llaman la atención.
Y si se ríe le echan de clase.
Las emociones están prohibidas. Y lo instintivo aún más. Y sin embargo, para que la persona esté sana en una sociedad sana sería preciso el equilibrio entre los tres cerebros. Armonizar los binomios competencia/colaboración, agresión/ternura. Desarrollar una sana agresión en vez de la agresividad depredadora imperante. Y sobre todo desarrollar la capacidad amatoria, la ternura.
¿Estamos en el camino? Usted habla del ocaso del patriarcado.
Por una parte, vemos que el autoritarismo en las familias disminuye y también el de los gobiernos. Pero han cogido el poder las empresas y su control en la sombra es enorme. Pero quizás sí, podemos decir que la nave se está hundiendo pero la gente está más ocupada en mantener el estatus que en salvarse; en defender lo poco que les queda, aunque se haya visto lo poco que vale, que en la transformación, en dejarlo todo y empezar a construir de cero.
Por eso insiste usted tanto en la importancia de la educación.
Claro, porque es más fácil prevenir que curar. Hemos de prevenir la destrucción de la mente. La educación actual cuenta con una agenda implícita que requiere que los niños sean igualitos a los papás, cuando los papás son el problema. Decimos que la educación es para transmitir nuestros valores y no nos damos cuenta de que estamos transmitiendo nuestras plagas.
¿Y esto es responsabilidad de la escuela, de la familia, de los medios.?
De las autoridades en todos estos ámbitos, desde los profesores quemados hasta la misma opinión pública. Los padres aspiran a que sus hijos triunfen en este mundo de competencia económica, no importa que también sea un mundo de pobreza creciente mientras que no les toque a ellos. Prefieren la educación que sirve como una máquina de certificación. No les interesa educar sino servir al mundo del trabajo. Insisten en que desean el bien de los hijos pero en realidad no les interesa el bien de los hijos más que como eficacia en los negocios. Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, que es una educación implícitamente explotadora.
Es usted muy crítico con la educación y muy en especial con los educadores.
Porque no considero educación el mero traspaso de información, como una forma más de producción, de formación y explotación de nuevos trabajadores, que es en lo que consiste la escuela actual. Debemos volver a las raíces de la educación como autoconocimiento, en la búsqueda de ese "conócete a ti mismo" de Sócrates. Al autoconocimiento transformador que posibilite el cambio.
Sin embargo, hay algunas iniciativas educativas diferentes, como por ejemplo las escuelas internacionales de Krishnamurti.
Sí, pero aún esas escuelas llegan hasta el debate, y eso está bien, porque por lo menos te da la oportunidad de aprender a pensar por ti mismo. Pero el debate en sí no transforma nada. Hay que integrar procesos de autoconocimiento transformador.
La transformación individual para transformar y sanar la civilización.
No hay cambio posible sin pasar por el autoconocimiento individual. Siglos y siglos de cambios sociales y políticos han fracasado porque han pasado por alto el cambio de las personas. Sólo podemos sanar el tejido a través de las células, las personas. Y para eso tenemos que sembrar la semilla en la escuela. Pero ha de ser una nueva escuela que tenga en cuenta los tres aspectos de las personas: el conocimiento, la salud amorosa y la salud instintiva.
Suena diferente.
Pero necesario, si queremos transformar las cosas de verdad. El otro día me invitaron a dar una conferencia en una universidad, y antes de empezar me pidieron que evitara los temas espirituales y los psicológicos y me limitara a la pedagogía. Chocante. La educación se resiste a integrar lo transcendental-espiritual y lo terapéutico y sigue considerándolo un campo ajeno porque, de lo contrario, complicaría las cosas. Y es cierto, las complicaría un poco, porque significaría permitir que las personas piensen por sí mismas. Así que no se asume el riesgo. Claro que no se calcula el precio.
¿Y cuál es el precio?
La infelicidad colectiva.
¿Y qué podemos hacer?
En primer lugar, reconocer que es un hecho que los niños llegan cada vez más emocionalmente dañados al colegio. En muchos casos los padres están ausentes de la educación de los hijos. Escasea el tiempo libre y casi no se disfruta del ocio, y mucho menos compartido en familia. Y sin embargo, el ocio está ligado al crecimiento y al espíritu, ya que te ofrece la oportunidad de estar contigo mismo.
¿Qué más?
Reconocemos también que están faltos de amor y de esa parte del saber, no científico, la sabiduría que nos permite tomar buenas decisiones en la vida. Decisiones que nos conduzcan de verdad a ser más felices.
¿La escuela tiene que ocuparse de todo esto?
Sí, la escuela tiene que incorporar ese aspecto humanizante. Revelar la insatisfacción latente y canalizarla. No sólo para sacar a flote este sistema económico en crisis sino por el coste personal y de sufrimiento.
¿A qué se refiere con revelar la insatisfacción?
Porque detrás de toda búsqueda hay una insatisfacción y si queremos iniciar una búsqueda personal hacia el autoconocimiento y la transformación debemos ser conscientes primero de que este estado de cosas no nos satisface. La insatisfacción está ahí, bien latente y bien visible, lo que pasa es que el consumismo nos da respuestas del tipo: cómprate un coche mejor, cambia de casa, de ciudad, de pareja, de trabajo. Pero no vale la respuesta del consumismo porque la insatisfacción, así, no sólo no se resuelve sino que acabamos haciéndonos adictos a ella, que en realidad es lo que necesita el sistema: que seamos unos obedientes consumistas insatisfechos crónicos. Necesitamos respuestas más profundas que nos lleven a hacer cambios significativos.
Tengo la impresión que tanto en la escuela como en la familia no siempre está bien vista la búsqueda ni la insatisfacción.
Y así es. Porque nuestra cultura no reconoce la búsqueda como un valor sino como un síntoma. Sólo se admite si está en el camino de la ambición profesional, pero si es algo indefinido, que es como tiene que ser la búsqueda en estado puro, enseguida se etiqueta. Dicen "qué persona tan inquieta", y se la ve rara. Si además es muy apasionada, la búsqueda no comprendida ni apoyada se hace dolorosa y acaba en la consulta del psiquiatra. Cabe la posibilidad de que se acabe interpretando como un síntoma esquizofrénico, angustia, etc., cuando en realidad no es más que la insatisfacción natural ante la vida alienada, separada y desestructurada que llevamos.
¿De qué manera podemos actuar desde la familia?
Lo máximo que pueden hacer los padres por sus hijos es ocuparse de su propio desarrollo personal. Que el padre y la madre se desarrollen como personas y sean el ejemplo. Que no aspiren solo a que el hijo o la hija traigan buenas notas a casa. Que tomen conciencia de todo eso que está faltando en la educación y parece que nadie lo nota.

El libro.
Sanar la civilización.Claudio Naranjo.
Ediciones La Llave.
158 páginas.
 Secretaría  +34 93 209 7938  Fax  +34 93 414 1710
www.fundacionclaudionaranjo.com
 





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