Mostrando entradas con la etiqueta REDES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta REDES. Mostrar todas las entradas
martes, 18 de junio de 2013
sábado, 10 de noviembre de 2012
martes, 22 de noviembre de 2011
lunes, 16 de mayo de 2011
Redes 95: DE LA MEDICINA DE LAS ENFERMEDADES, A LA DEL BIENESTAR
La medicina del futuro seguirá luchando contra las enfermedades pero, sobre todo, se esforzará en mantenernos sanos. José María Ordovás, experto español en nutrigenómica de la Universidad de Tufts, en los Estados Unidos, es pionero en sentar las bases de la medicina preventiva del futuro próximo.
En este capítulo de Redes, Ordovás explica a Eduard Punset que nuestros genes condicionan nuestra salud, pero que lo determinante es la interacción entre estos genes y nuestros hábitos de vida. Somos lo que comemos, y, comemos como vivimos.
jueves, 12 de mayo de 2011
Redes: LA INCERTIDUMBRE DEL UNIVERSO CUANTICO
La escala más pequeña del universo –la que se rige por las leyes de la física cuántica– parece un desafío al sentido común. Los objetos subatómicos pueden estar en más de un sitio a la vez, dos partículas en extremos opuestos de una galaxia pueden compartir información instantáneamente, y el mero hecho de observar un fenómeno cuántico puede modificarlo radicalmente.
En el capítulo 94 de Redes, Vlatko Vedral, físico de la Universidad de Oxford, explicará a Eduard Punset cómo lo más extraño de todo esto es que el universo mismo no estaría compuesto de materia ni de energía sino de información.
viernes, 6 de mayo de 2011
REDES: SOMOS SUPERSOCIALES POR NATURALEZA
Eduard Punset en el programa emitido el día 1 de mayo, ha charlado con Robin Dunbar, profesor de antropología evolutiva de la Universidad de Oxford, para entender cómo la evolución ha forjado nuestra manera de relacionarnos con los demás y descubrir los entresijos de la especie más social de las que habitan el planeta: la nuestra.
El cerebro humano está diseñado para poder relacionarse con 150 personas aproximadamente. Esta cifra –conocida como el “número de Dunbar”– se repite a lo largo de la historia y atraviesa todas las culturas.
El cerebro evolucionó para permitirnos organizar
las relaciones con los demás.
martes, 21 de diciembre de 2010
DOS LOBOS
Una mañana, un viejo Tuxpeño le contó a su nieto sonorita acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.
El dijo, Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros. Uno es Malvado - Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego..
El otro es Bueno - Es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?”
El viejo Cherokee respondió, "Aquél al que tú alimentes."
miércoles, 27 de octubre de 2010
COSECHAMOS LO QUE SEMBRAMOS
Ir hacia el interior, desarrollar niveles más altos de consciencia, experimentar la divinidad, todo esto tiene poco valor si no se utiliza para crear cambios positivos específicos en nuestro bienestar personal, en nuestras relaciones y en nuestra habilidad de cumplir con nuestros roles en el mundo de manera responsable.
La necesidad de traer la espiritualidad a nuestra vida cotidiana se vuelve particularmente clara cuando comprendemos la ley de causa y efecto. Esta ley enuncia que no existe tal cosa como la coincidencia, todo lo que sucede es el resultado (el ‘efecto’) de algo que sucedió en el pasado (la ‘causa’).
Ésta es la conocida ley del karma. En esencia, esta ley nos está diciendo que lo que sea que viene frente a nosotros hoy es el resultado de nuestros ayeres.
Es el equivalente espiritual de la tercera ley de Newton, que enuncia que ‘para cada acción hay una reacción igual y de signo opuesto’. También están los dichos ‘tu pasado siempre te alcanza’ o ‘lo que siembras es lo que vas a cosechar’. Sin embargo, esto no significa que nuestra vida vaya a estar siempre controlada por las elecciones que hicimos en el pasado y que no hay nada que podamos hacer acerca de ello.
Por el contrario, esta ley es una invitación a la creatividad personal y a la responsabilidad. Podemos tomar esta ley de vuelta en nuestras propias manos aquí y ahora. ¿Cómo? Dándonos cuenta de que esta misma ley también enuncia que nuestro mañana será el resultado de nuestras acciones hoy.
La ley del karma atrae nuestra atención a la importancia del presente. Todo lo que hacemos hoy es como una semilla que se siembra en el jardín de nuestra vida. Si la semilla es de buena calidad, así será su fruto. La calidad de nuestro ‘jardín’ (es decir, nuestra vida) depende de las semillas que sembramos hoy. Está en nuestras manos.
Aquí es donde nos damos cuenta del valor de la consciencia espiritual. Experimentar nuestro ser como un alma y permanecer vinculados al Alma Suprema es la manera fácil de permanecer llenos con las cualidades positivas necesarias para hacer que crezca un hermoso y sano jardín de la vida. Los sentimientos genuinos de alegría y paz crean una calidad de ‘semilla’ muy superior a los sentimientos de ira o resentimiento.
Cuando respondamos a los eventos de la vida desde la experiencia de nuestra consciencia espiritual, seremos los amos de nuestro destino. Cuando reaccionamos a la vida en base al ego, la ira, la avaricia o las muchas características que no tienen nada divino, permanecemos esclavos de las circunstancias y situaciones de la vida, sin mucha esperanza de cambio. Esta elección – responder desde la responsabilidad o reaccionar sin pensar ni reflexionar – siempre será nuestra.
La práctica espiritual nos capacita a ser grandes. Pensar, sentir y actuar desde lo mejor de nuestras habilidades crea una mejor vida para nosotros mismos, y por tanto, para el mundo.
La necesidad de traer la espiritualidad a nuestra vida cotidiana se vuelve particularmente clara cuando comprendemos la ley de causa y efecto. Esta ley enuncia que no existe tal cosa como la coincidencia, todo lo que sucede es el resultado (el ‘efecto’) de algo que sucedió en el pasado (la ‘causa’).
Ésta es la conocida ley del karma. En esencia, esta ley nos está diciendo que lo que sea que viene frente a nosotros hoy es el resultado de nuestros ayeres.
Es el equivalente espiritual de la tercera ley de Newton, que enuncia que ‘para cada acción hay una reacción igual y de signo opuesto’. También están los dichos ‘tu pasado siempre te alcanza’ o ‘lo que siembras es lo que vas a cosechar’. Sin embargo, esto no significa que nuestra vida vaya a estar siempre controlada por las elecciones que hicimos en el pasado y que no hay nada que podamos hacer acerca de ello.
Por el contrario, esta ley es una invitación a la creatividad personal y a la responsabilidad. Podemos tomar esta ley de vuelta en nuestras propias manos aquí y ahora. ¿Cómo? Dándonos cuenta de que esta misma ley también enuncia que nuestro mañana será el resultado de nuestras acciones hoy.
La ley del karma atrae nuestra atención a la importancia del presente. Todo lo que hacemos hoy es como una semilla que se siembra en el jardín de nuestra vida. Si la semilla es de buena calidad, así será su fruto. La calidad de nuestro ‘jardín’ (es decir, nuestra vida) depende de las semillas que sembramos hoy. Está en nuestras manos.
Aquí es donde nos damos cuenta del valor de la consciencia espiritual. Experimentar nuestro ser como un alma y permanecer vinculados al Alma Suprema es la manera fácil de permanecer llenos con las cualidades positivas necesarias para hacer que crezca un hermoso y sano jardín de la vida. Los sentimientos genuinos de alegría y paz crean una calidad de ‘semilla’ muy superior a los sentimientos de ira o resentimiento.
Cuando respondamos a los eventos de la vida desde la experiencia de nuestra consciencia espiritual, seremos los amos de nuestro destino. Cuando reaccionamos a la vida en base al ego, la ira, la avaricia o las muchas características que no tienen nada divino, permanecemos esclavos de las circunstancias y situaciones de la vida, sin mucha esperanza de cambio. Esta elección – responder desde la responsabilidad o reaccionar sin pensar ni reflexionar – siempre será nuestra.
La práctica espiritual nos capacita a ser grandes. Pensar, sentir y actuar desde lo mejor de nuestras habilidades crea una mejor vida para nosotros mismos, y por tanto, para el mundo.
domingo, 24 de octubre de 2010
LA CIENCIA DE LA COMPASION
Retomamos el capítulo número 60 de REDES. http://www.redesparalaciencia.com/2871/redes/2010/redes-60-la-ciencia-de-la-compasion.
Vale la pena.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)