Mar López, instructora de meditación en la Comunidad Budista Soto Zen habla sobre los inicios en dicha práctica.
miércoles, 19 de junio de 2013
La muerte desde el budismo Zen
Extracto de una entrevista sobre la práctica de la meditación zen. En la que Mar López, instructora de la Comunidad Budista Soto Zen y presidenta de la Fundación Vivir un Buen Morir, habla de la muerte desde la perspectiva del budismo zen.
martes, 18 de junio de 2013
domingo, 16 de junio de 2013
Pensamientos que curan
Actualmente la mayoría de las personas saben que lo que pensamos y lo que sentimos también afecta al cuerpo.
A veces el impacto es pequeño, quizás se manifiesta sólo en un ligero efecto sobre la presión sanguínea o la química corporal. En otras ocasiones puede ser una amenaza para nuestra vida, como por ejemplo cuando el miedo o la ira dañan el corazón, o la infelicidad crónica perjudica nuestras defensas frente a las infecciones y el cáncer. Hay un amplio rango de condiciones intermedias, en las que los sentimientos alterados pueden producir una variedad de achaques y dolores.
La sabiduría antigua así como la ciencia moderna nos informan de que podemos reducir tales riesgos desarrollando una perspectiva positiva. La verdad en el dicho “mente sana en cuerpo sano” está hoy en día más confirmada que nunca. Buscar soluciones positivas, con optimismo y humor, en lugar de sentirse desdichado al enfocarse en todo lo que no va bien, es realmente beneficioso para la salud.
A pesar de la mayor concienciación sobre estas conexiones entre la mente y el cuerpo, pocas personas saben como mejorar la salud y optimizar el bienestar creando pensamientos realmente nutritivos para la mente. Las cuestiones y respuestas que ofrecemos a continuación ofrecen una simple introducción a este importante aspecto del cuidado de la salud.
¿Por qué la vida parece que se está volviendo más dura para muchos?
La sociedad de consumo ha invertido grandes esfuerzos en mejorar las comodidades y medios materiales, pero nuestras mentes han sufrido una desatención. Los niveles en aumento de estados negativos tales como la ansiedad, la adicción, la irritabilidad y la depresión han acompañado los deseos en aumento. A la vez que socavan la salud de las personas, estas actitudes y emociones negativas dañan la sociedad y el entorno provocando una pérdida de valores fundamentales en nuestras acciones. Nos volvemos menos capaces de cuidarnos y de cooperar unos con otros así como con el mundo que nos rodea.
¿Qué podemos hacer?
Cuando nos sentimos tristes y vacíos internamente, nos convertimos en parte del problema en vez de la solución. Con frecuencia, intentamos sentirnos mejor culpabilizando a otras personas o las circunstancias, pero eso sólo empeora las cosas. En lugar de ello tenemos que aprender cómo hacer nuestra mente fuerte. Es decir, llenarla con positividad.
¿Qué es la positividad?
Un atributo o energía sutil y espiritual, natural en todos nosotros, que se puede acumular en la mente al igual que la energía eléctrica se acumula en una pila. Una disposición mental positiva promueve la salud en la persona, y esta energía después fluye de forma natural hacia los demás.
¿Qué clase de pensamientos promueven la positividad?
Cuando pensamos en lo que significa ser humano, en términos de las cualidades comunes a la humanidad tales como el amor, la paz y la alegría, conectamos con una energía de verdad dentro de nosotros. Hay un núcleo de bondad en todos y cuando emergemos esta fortaleza, los sentimientos positivos emergen de forma natural.
¿Cómo podemos retener nuestra positividad?
Trabajando para eliminar la preocupación y el pesar de nuestros corazones y mentes. Nos ayuda el reconocer que los sentimientos negativos son activados por las dependencias hacia algún u otro aspecto físico de la existencia: el cuerpo, las relaciones, la riqueza o las circunstancias en el mundo que nos rodea. Si alguno de estos aspectos está en estado de trastorno, seremos más propensos a alterarnos y preocuparnos. Pero es nuestra dependencia de estas cosas, no el trastorno en sí, lo que nos causa profunda angustia. Si nos liberamos internamente, la preocupación y el pesar terminarán.
domingo, 9 de junio de 2013
lunes, 20 de mayo de 2013
Ser consciente pero no crítico
En el camino de la meditación hay un dicho: “Ver pero no ver, oír pero no escuchar”, lo cual significa permanecer consciente de todas las realidades, incluso las negativas, pero no quedarnos atascados en ellas. Nos quedamos atascados porque reaccionamos. Reaccionamos juzgando, acusando, criticando, etiquetando. Hacemos esto porque nos sentimos amenazados por aquello que nos es desconocido o que no aprobamos. Tan pronto como juzgamos o criticamos lo ponemos todo en compartimentos a nuestra conveniencia, y eso entraña graves peligros. Debido a que vemos el error de la persona o situación decimos: “son así y se les ha de tratar de acuerdo a ello”.
Cuando nuestra visión y actitud permanecen críticas hacia alguien, ellos permanecen tal y como son, ya que por mi parte no hay ninguna aportación de positividad que anime o permita que se produzca un cambio positivo. Hacemos eso constantemente, queriendo que los demás sean mejores de alguna forma, pero en lugar de ayudarles, teniendo fe en ellos y viendo sus buenas cualidades, las ocultamos, concentrándonos en su pasado, sus debilidades y sus errores. Nuestro enfoque se hace negativo, y aún así esperamos que cambien para mejor.
Cuando permanecemos conscientes de una forma desapegada, no pensamos en lo que está mal, sino en cómo podemos poner algo bien, contribuyendo con un sentimiento, actitud o palabra positivos. Tal contribución es un acto generoso, que en lugar de quejarse como hace la gente crítica, ofrece una solución. Una persona espiritualmente despierta mira de ofrecer soluciones, y no se complace quejándose. Madurez es ser completamente consciente, pero de igual forma que uno es consciente, mantenerse igualmente silencioso. Muchas cosas se resuelven por sí mismas si mi aportación es consistentemente bondadosa y tengo una motivación honesta.
Facilitado por http://www.bkwsu.org/spain
viernes, 10 de mayo de 2013
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